viernes, 27 de febrero de 2009

La Esencia

Cuando hablamos de amor, nos metemos a un círculo vicioso de respuestas que al final de cuentas no se contestan ¿qué es el amor? Si lo vemos desde el punto de vista carnal, el amor no es nada más que el despertar de los instintos animales humanos hacia otro ser humano, en donde la pasión, el sexo, la química y el deseo se apoderan de nuestro ser. Ahora bien, si lo vemos desde el punto de vista sentimental, nos encontraremos con la respuesta más popular; el amor es un sentimiento el cual comparten dos personas, el cual nace por una serie de circunstancias que hace que ambas personas se involucren de una manera empática. Como todo ciclo de vida, tiene una duración prolongada pero no eterna. La siguiente historia que voy a contarles es de amor, pero no nace de lo carnal ni de lo sentimental aunque se crea bajo estos dos preceptos. Y es entonces, donde nacerá una pregunta más compleja sobre el amor… ¿Podemos vivir, crear y transformar el amor a nuestra conveniencia?    

 

Todo comenzó una noche de viernes, el escenario era de ensueño; miles de personas congregadas en la zona rosa de la ciudad, lazers de color por doquier, un equipo de sonido que podía desenterrar muertos con el  beat de los bajos, luna llena y dos personas sedientas de amor que se encontraron esa noche, nada mas esa noche. Ante tal escenario tan perfecto, el brillo de la luna y un estado de conciencia tan inconciente me llevo a la necesidad de experimentar algo nuevo. Sin buscar mucho y como por azares del destino llegó a mi manos una pequeña pastilla color azul…

 

-       ¿Qué es esto? – pregunté

-       Éxtasis, la esencia del amor – me contestó aquella persona que después de eso, nunca más la volví a ver.

 

Sin pensarlo dos veces, me comí aquella pastilla y ansioso espere a conocer la esencia del amor. Pasaron varios minutos y yo me sentía igual, eufórico por el ambiente en el cual estaba rodeado pero parco en cuanto sensaciones nuevas. La resignación era una opción, sin embargo, algo paso: ¿Alguna vez haz sentido que tus sentidos viven más allá de tu persona? No estoy hablado de reacciones instintivas, es más que eso. Es cuando tienes la oportunidad de sentir a los demás, sentir lo que escuchas y atraer lo que deseas, es un tipo de comunicación que va más allá de la lógica tradicional de comunicación interpersonal.

 

Eso fue justamente lo que comencé a experimentar, mis sentidos pensaban por mí, mis sentidos actuaban por mí y por lo tanto mis sentidos decidían por mí. En ese contexto, sin explicación alguna sentí que poco a poco alguien se acercaba a donde yo estaba, sentía la presencia más no la veía. En cierto momento creí que me estaba volviendo loco, pero aquella presencia que sentía, no la veía entre tantas personas que me rodeaban hasta que de repente… una mirada igual de perdida que la mía se cruzó frente a mis ojos y lo que paso después fue simplemente tarea de la esencia del amor. Besos apasionados, abrazos desesperados y palabras de amor fluyeron en un escenario lleno de ritmos musicales cardiacos y luces celestiales de colores.

 

El reloj siguió su paso incansable y las horas transcurrieron, la intensidad de las sensaciones fueron decayendo poco a poco, aquellos momentos lucidos de comunicación y percepción se fueron poniendo nuevamente en la sintonía tradicional de la vida, el amor y la pasión… ¿Cuál amor? ¿Cuál pasión? De repente todo parecía ser como antes, sin vida, aburrido y monótono. Aquella mujer a la que con la mirada había conquistado, seguía conmigo pero… no éramos lo mismo, la química y todo aquello mágico de esa noche ya no existía. Lo único que perduraría entre nosotros sería aquel secreto de amor que solo nuestras miradas lo sabrían explicar.

 

¿Es aquella pastilla realmente la esencia del amor? Durante siglos el hombre a buscado la fuente de la juventud y hasta el día de hoy no existe ningún vestigio que de por hecho la juventud eterna. Durante siglos el hombre a buscado darle sentido a la vida con la creación de Dios y hasta hoy no hay nada que avale la existencia de un ser celestial todo poderoso. Durante siglos el hombre a buscado el amor eterno, la búsqueda de la felicidad por medio de este sentimiento. Algo que para mí me resulta sumamente complicado porque el amor tanto instintivo como sentimental no se puede explicar, no somos tan inteligentes. Yo ya deje a un lado la búsqueda del amor eterno, hoy  puedo vivir, crear y transformar el amor a mi conveniencia y el compartir momentos y experiencias con simplemente “La esencia” es lo que le da valor al amor.

 

Al-Gabone  

jueves, 19 de febrero de 2009

LA AGONÍA DE LOS INCOMPRENDIDOS

Sabes… estos días no soy yo, me canso rápido, se baja la euforia y me tengo que sentar, también me cuestan trabajo las miradas y los saludos ansiosos. He comenzado a tomar los caminitos desolados para llegar a destinos terroríficos mientras me diluyo entre el barullo como un fantasma. El desamor es una excusa perfecta, o por lo menos me sirve hoy. El amor que procuramos algunos aficionados al deterioro emocional es encantador para contar historias, nos convierte en victimas ¿Acaso existe algún ser humano dícese racional que no lo disfrute? Los insumos que de esto obtengo son equiparables a una dosis de esta agonía de los incomprendidos, un brebaje para la inseminación de un material exquisitamente depresivo, si si, enfermo quizá pero al fin al cabo artístico ¿No es virtuoso encontrar la belleza en el dolor del corazón?


El dolor nos convierte en narradores insanos, criaturas circulares desorientadas que se mueven en espirales tenues, compuestos de oscuros brillantes con agujeritos de luz llevaderos. Yo no sé nada de relaciones constructivas, mucho menos de amores, sólo de desamores y de mucho sexo. Eso sí… de sexo a mi pregúntenme, ya ni se me hace la gran cosa, ahora lo que más disfruto es lo que se da antes del sexo. ¿Apoco no es más bonito? Piensen nomás en todas esas veces que han tenido a uno-una o dos o tres exquisitos, con una piel de miel y un color afrutado, cabello recién secado y esos bellitos que se levantan cuando le respiras entre las orejas. Lo que sigue es mejor… tocar con la yemas de los dedos sus laterales y besar, besar cariñoso, soltando, esperando unos segundos, sonriendo, diluyéndose los labios de la saliva ácida mientras entierras poquito, nomás poquito las uñas en su espalda.


Lo que sigue después es falso y es poco. El coito, un acto mecánico que desemboca más temprano que tarde en punto y coma, de esos que son difíciles de continuar; permanece un vacio, y una pregunta que no logra formularse antes que la respuesta, entonces lo festejas con conversaciones chistorrenciales que te permiten liberarte, la poderosa fantasía de reinventarte con un desconocido, lograrte hermoso, encantador, sonriéndole a la vida, y alucinar que esta vez, probablemente-ojalá –si  lograste hacer el amor.


Por. Cósmico.

viernes, 13 de febrero de 2009

Encuentro Metafísico

Te vi. Me viste.

Nos conocemos desde siempre y aún así me gusta investigar que hay en tu mirada, pretender leer lo que conozco a través de tus pupilas.

Veo tu rostro y trato de adivinar hasta donde quieres llegar hoy.

No necesitamos palabras. Tú sabes. Yo sé.

Aún sin tocarnos, ya te siento. Recorro todo tu cuerpo despacio, suave y sin espera.

Mi piel se despierta, suda, te llama.

 

Aun sin tocarnos puedo sentir tus brazos, tu piel, tu cuerpo grande, fuerte, protector.

Aún sin tocarnos, te como completo. Disfruto tu sabor y lo meto en mi memoria.

Tu respiración se agita y la mía se divierte.

Aún sin tocarnos, puedo sentirte en mis dedos: caliente, húmedo, fuerte.

Y mi piel se despierta, suda, te llama.

 

Aún sin tocarnos, aún sin estar cerca de ti puedo olerte, puedo respirarte y te meto dentro de mí para unos segundos después liberarte.

Aun sin tocarnos siento tus manos en mi cuerpo, traviesas y confiadas, fuertes y bellas. Recorren mis piernas, se entretienen en mis gluteos y suben a mi espalda donde aprietan, pellizcan, rasguñan y se desesperan.

Y mi piel se despierta, suda, te llama.

 

Aun sin tocarnos puedo sentir tus labios húmedos. Los meto en mi boca y los acaricio con mi lengua, los hago mi tesoro y después te los regreso, son tuyos.

Aún sin tocarnos, siento tu lengua mojando mis pechos, jugando con mis pezones. Los endurece, te sienten. Muerdes.

Aun sin tocarnos, puedo sentir tus dedos dentro de mí, entran sedientos en busca de lo desconocido. Encuentran.

Y mi piel se despierta, suda, te llama.

 

Aún sin tocarnos, nos dejamos llevar por el impulso. Siento la energía de tu dureza en mis manos: su vibración, su fuerza, su calor.

Aún sin tocarnos, siento como  nos hacemos uno. Con fuerza y confianza nos conectamos, nos comunicamos y  nos transformamos. Movimientos lentos, rápidos, fuertes.

Y mi piel se despierta, suda, te llama.

 

Aún sin tocarnos hacemos el amor, mordemos, besamos, lamemos, rasguñamos, tocamos, abrazamos, vivimos.

Aún sin tocarnos gritamos,  pellizcamos, apretamos, jalamos, empujamos, reímos, lloramos, sentimos, detonamos.

Y mi piel se despierta, suda, y te llama.

Aún sin tocarnos te siento en mí.

 

 

A.

jueves, 5 de febrero de 2009

Enfermo de Amor

Yo fui un niño precoz. A los 5 años de edad mis primos me dejaban ver películas pornográficas en su computadora. Y mientras ellos tomaban cervezas afuera de la casa con amigos de la cuadra, yo  me dedicada a concentrarme en mi excitación, navegando entre paginas y paginas de mujeres haciendo del sexo un amor, tomándolo, chupándolo, dejándose perforar en tantas formas que mi mente no cabía de donde guardar tanto de lo que el sexo es posible.

Estudie la carrera de ingeniería en sistemas. Me dedico a la programación en Java, especializado en el ramo de la programación de software para portales en internet. Me va bien.

Hoy conocí a una mujer en un bar. Es increíblemente hermosa. Mira como baile, como contornea sus piernas con la música, mira su sonrisa, irradiando de felicidad a todo quien lo rodea. Me enamore de ella a primera vista, y yo, no creía en esas cosas.

En la pantalla la mujer se derrumba ante su cuerpo. Esta inmensa en sudor, se escurre por su frente, rellena su pecho, moja sutilmente todo su estomago hasta llegar a su sexo. La miras de frente, le pides un delirio, le suplicas por otro suspiro. En cuanto la tomas sientes en el ajetreo que por segundos ella también te toma a ti, te lleva de la mano por un paseo de delicias eternas.

Te detienes a mirar el momento, verlo desde otro enfoque, te alejas, miras el panorama circundante y dejas crecer tu erección. Pasando la mano por tu cigarro, dejas que el humo inunde tu visión, nubla la escena que no ha dejado de ceder, que espera explotar en su máximo orgasmo.

Gime, gime de una manera que ya parece empieza a llorar. No tenía idea de lo que estaba detrás de unos billetes, no comprendía que un momento de satisfacción podría convertirse en su peor pesadilla.

Siéntate allí. Es la silla que se presenta con una sola luz. No hay fondo mas que lo peor de nuestra enferma oscuridad. Llora. SI llora que eso me excita mas. Implora si es posible, hazlo de una buena vez.

Un largo cable corta al cuarto en dos. Una pequeña esfera de luz ilumina el ojo biónico. Toda mi fantasía en video tape

El sexo, la locura, la pesadilla hecha realidad. De eso me encargo yo, mientras en vivo mueras de amor, yo la veré en la pantalla, y en tu momento de mayor trascendencia y eternidad, yo me vendré de amor.


Javaman